Pou-pourrait de reflexiones sobre cualquier tema de actualidad. El autor no garantiza tener mucha idea sobre lo que está hablando.

8.2.07

¡Ole sus huevos!

Un juez ha suspendido la fiestas callejeras del carnaval de Tenerife porque el ruido molestaba a los vecinos. Y he de decir que me alegro.

Y no porque les hayan reventado las fiestas a los tinerfeños -me parece una gran putada-, sino porque ya está bien de hipocresía. De oir a alcaldes y presidentes de comunidades autónomas promulgando leyes y normativas antibotellón con la excusa de que el ruido molesta a los vecinos, para luego dejar de aplicarlas cuando se trata de fiestas populares y los turistas se dejan bastante dinero en acudir. Si en la calle no se puede hacer ruido por la noche, no lo puede hacer nadie. No es permisible que conductas ilícitas se permitan cuando son mayoritarias y se repriman cuando dejan de serlo -o cuando los que las llevan a cabo no votan-.

Supongo que al final la cosa se arreglará y el carnaval se celebrará completamente. Hay demasiados intereses en juego para que esto se deje así. Pero si permite poner el tema sobre la mesa, bienvenido sea.